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Jacinto da ventaja al Yugo-UD Socuéllamos en Tomelloso (0-1)

87 días después, el Atlético Tomelloso volvía al Paco Gálvez. 87 días después, el equipo de Darío Martín esperaba con los brazos abiertos una alfombra de color verde. 87 días después, la afición auriverde esperaba con ilusión un equipo renovado, un partido bonito y un cúmulo de sensaciones positivas. Pero es que, 87 días después, el césped del estadio se convirtió en la peor pesadilla de una noche de verano.

Y es que en la noche de ayer, desgraciadamente, el césped del Paco Gálvez fue el protagonista de un partido que bien distinto hubiera sido si se hubiera jugado en otro escenario. Césped amarillo, como cortado a bocados, o con unas tijeras, e incluso con un cortaúñas; zonas blandas, otras irregulares, pequeños cerros, algunos microclimas… “Es lamentable lo del césped”, espetaban los entrenadores Darío Martín y Manu Calleja a la conclusión del partido.

El caso, es que durante esa pesadilla de una noche de verano, se jugó un partido de fútbol; concretamente, la ida de la semifinal de la Copa Diputación entre el Atlético Tomelloso y el Yugo Socuéllamos, un derbi comarcal que demostró que este año va a ser bonito y competitivo.

En el primer tiempo, el equipo auriverde se atrevió a jugar al fútbol dejando a un lado el ‘fútbol playa’ que le exigía el campo. La actitud y la presión eran palpables desde el primer minuto ante un Socuéllamos que le costó adaptarse. Así, hasta que la mejor ocasión llegó a las botas de Gallego en el minuto 16. El delantero recibió un balón dentro del área, se plantó solo ante el portero y un conejo salió de una de las cuevas para ponerse por medio y mandar el balón a las nubes. Gallego inspeccionó sus botas. Luego miró al cielo y se echó las manos a la cabeza. Fue la más clara.

Siguió el partido y la máxima igualdad se convirtió en la tónica del primer tiempo. E incluso en ocasiones. Porque Kike Domínguez, a diez para el descanso, se sacó un buen disparo desde fuera del área que obligó a Mena a sacar una gran mano para enviar el balón a córner.

Ya en el segundo tiempo, el césped se fue convirtiendo en una pista de patinaje, el balón en un conejo sin cabeza y las piernas fueron pesando cada vez más. Estuvo mejor, quizá, el equipo de Manu Calleja; no siempre, pero sí en algunas fases del encuentro. Y cuando mejor estuvo, llegó el gol, un gol típico de equipo veterano, de sacar petróleo a la más mínima, de convertir en oro lo poco que se ponía por medio. Y así fue. Pasada la hora de partido, Kike Domínguez botó un balón al corazón del área, el esférico se paseó y cayó en territorio de Jacinto, un central que sube poco, pero que cuando sube es para meter la pierna. Y la metió para hacer el definitivo 0-1. Tras el gol, el Atlético Tomelloso despertó, puso contra las cuerdas a su rival y lo intentó con más corazón que cabeza, pero el empate no llegó, en gran parte porque Marchante Flores no quiso pitar una mano clara en el área socuellamina en el minuto 90 que hubiera hecho justicia en el marcador, pero con el 0-1, el vigente campeón de la Copa Diputación, tendrá que remar a contracorriente en el Paquito Giménez si quiere estar en la final de este trofeo.

Partido correspondiente a la ida de la Semifinal de la Copa Diputación disputado en el Paco Gálvez de Tomelloso ante más de 600 espectadores. Noche apacible y terreno de juego en malas condiciones. Se guardó un minuto de silencio en memoria del padre de nuestro directivo, Pedro Treviño.

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