Quince minutos para olvidar, así fue el comienzo del partido en Villarrobledo
Puede sonar excesivamente dramático, pero quince minutos de pesadilla pueden echar por la borda la excelente temporada del CP Villarrobledo. El comienzo del partido entre roblenses y andaluces fue el peor momento para los aficionados del CP Villarrobledo en los últimos años, superando de lejos la fatídica tanda de penaltis en Nájera de la temporada pasada.
El mejor ambiente de la temporada en las gradas del Barranco, una mañana que prometía ser inolvidable…y lo fue. Tras el sorteo de campos y la foto inicial marcada por las sonrisas y la ilusión, llegó la pesadilla. Transcurría el minuto uno de encuentro cuando una prolongación de cabeza tras saque de banda llegaba a las botas de Sekou, un reverso y para dentro, el primero de la mañana.
Tras el primer tanto llegó el aliento de la grada. La afición del Municipal de la Virgen reaccionó sin paliativos ni excepciones, arropó a su equipo entendiendo que el gol había sido una jugada fortuita y que aún quedaba todo el partido. Las dudas llegaron cuatro minutos más tarde -antes Juanma Acevedo había probado un lanzamiento desde 50 metros que cerca estuvo de introducirse en la red almeriense-.
Volviendo a esos cuatro minutos más tarde, con posesión para el CP Villarrobledo, una mala cesión de Perona para Javi López acabó en desazón. El portero ayer del conjunto roblense no supo qué hacer con el esférico y Sekou, de nuevo Sekou, seguía amargando la mañana a los aficionados del Municipal de la Virgen.
Los ánimos de la grada en el primer gol se tornaron en dudas y algún que otro reproche hacia el portero, la defensa y en general, lo que estaban viendo en el terreno de juego. Otra vez volver a empezar para el CP Villarrobledo, esta vez un poquito más complicado que antes.
Con un ambiente enrarecido en la grada y con los jugadores del CP Villarrobledo desencajados, la pelota volvió a rodar y era el Almería que el parecía que tenía que remontar la eliminatoria restando tan solo cinco minutos de partido. Acoso y derribo a la portería de Javi López hasta que, en el minuto 13, el colegiado concedió un saque de banda para el filial.
El balón fue al segundo palo donde cabeceó un jugador del Almería, otro del Villarrobledo volvió a prolongar sin despejar y de nuevo un chico del filial remató a portería. En esta ocasión Javi López paró el balón de forma milagrosa…aunque lejos de mandar fuera el peligro, el balón cayó en botas andaluzas para hacer el 0-3.
La grada se dividió, los que criticaban, los que no se lo creían, los que aplaudían a sus jugadores y los que sonreían irónicamente pensando que otro año se escapaba el ascenso. El resto del partido es historia, un intercambio de golpes entre los dos conjuntos.
Un cuarto de hora inolvidable en Villarrobledo, quince minutos que no llegaron ni a ser quince, se quedaron en catorce.